Hacía mucho tiempo que tenía ganas de abrir el taller. Como ya sabéis, compagino los encargos personalizados y la tienda online, con la formación. De hecho, es una pata imprescindible de la marca por lo que me llega a aportar, el trio perfecto. Aunque muchas veces, los encargos personalizados requieren de un te, pastel de zanahoria o vermut… mi trabajo es bastante solitario. Así que los talleres son un verdadero chute para mi.
Después de encontrar mil excusas para no hacerlo, finalmente me decidí (no sin un pequeño empujón de mi entorno). Primero pensé en abrir 6 plazas, pero una vez decidida la temática del taller, las ajusté a 4. Las puse a la venta para l@s subscriptor@s, con un precio especial durante una semana, en la que se llenaron 3 de las 4. Y al abrir el taller a Instagram, completamos la última. Una muy especial, por cierto, porque se trataba de un regalo de cumpleaños a ciegas, toda una sorpresa para la cumpleañera.
Un taller de CONCERTINA
Durante el año imparto formaciones en muchos de los centros cívicos de la ciudad. Podéis estar al día en la página de eventos o si estáis subscrit@s a la newsletter. Pero en esta ocasión, por el hecho de poder trabajar con un grupo tan reducido en el taller, me atreví por un proyecto con más detalles. Así que, finalmente, creamos un álbum concertina. Una estructura preciosa.
No os puedo contar muchos detalles, tendréis que venir al próximo para vivirlo, sólo agradecer a las asistentes que viniesen con todo ese buen humor y ganas de aprender cosas nuevas. Felicitarlas por los resultados, porque no pude haber tenido alumnas más atentas y motivadas. Por el rato de almuerzo en el patio y el mini vermut improvisado, por alargar su tiempo y además, no tener prisa por irse. Y por crear esa atmósfera maravillosa que nace cuando nos juntamos manos y mentes hambrientas de creatividad. Resumiendo, mil gracias Conchi, Garbiñe, Aiora y Meredith.
Probablemente en septiembre repitamos! Ten en cuenta que serán muy pocas plazas!
Se abrió paso el verano a golpe de codazos de calor y días bizarros, tras una primavera fugaz.
Junio.
¿Qué no se habrá escrito ya del fuego de la noche más corta y el día más largo?: Quemar lo malo que ha cosechado el invierno, arrastrado por las lluvias otoñales y la cansina hojarasca; acabar los cursos, planificar reuniones y celebraciones; vacaciones, emociones, sol, mar, salitre, gamas de azules y verdes.
Momentos que quedan grabados en la memoria y que luego adaptaremos a nuestras futuras realidades.
Algunos de esos momentos de mis JUNIOS voy a guardarlos aquí, en este cuaderno hecho con «mis manitas» gracias a la maestría de Jes, el alma de @arquitecturadellibro. Sus talleres son como ella, un amor y tuve el placer de compartir el tiempo dedicado a este cometido con @aioare @meredithshaddix y@garbiare, personas muy bonitas.
El domingo nada podía salir mal, porque lo bueno llama a lo bueno y sólo tienes que dejarte llevar, simplemente fluir. @arquitecturadellibro nos abrió las puertas de su casa y destapó la magia. Esa magia que se consigue cuando se juntan personas bonitas en un espacio especial donde los haya, donde cada rincón es un mundo rebosante de amor.
El domingo nada podía salir mal, porque nos juntamos cinco mujeres muy intensas para hacer un trabajo muy especial, en el que cada una con su toque personal obtuvimos un resultado espectacular. Entre risas, “wows”, desayuno, aperitivo y algún que otro silencio de concentración pasaron las horas en segundos y es que, desde luego, el tiempo es relativo.